Teoría Queer


Desde que nacemos distintas formas de control mental nos muestran directa o directamente cómo debemos ser, cómo debemos comportarnos y sobre todo, qué espera la sociedad de nosotras.

No solo qué hábitos, costumbres y formalismos sociales debemos realizar, además, osan acotar nuestra identidad, nuestra forma de sentir la vida, que conlleva indirectamente, nuestra forma de pensar.

Con respecto a la sexualidad la Teoría Queer es una hipótesis sobre el género que afirma que la orientación sexual y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una construcción social y que, por lo tanto, no existen papeles sexuales esenciales o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales.

De acuerdo con ello, la Teoría Queer rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales como “homosexual”, “heterosexual”, “hombre” o “mujer”, sosteniendo que éstas esconden un número enorme de variaciones culturales, ninguna de las cuales sería más fundamental o natural que las otras. Contra el concepto clásico de género, que distinguía lo “heterosexual” socialmente aceptado (en inglés straight) de lo “anómalo” (queer), la Teoría Queer afirma que todas las identidades sociales son igualmente anómalas.

La Teoría Queer critica las clasificaciones sociales tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un solo patrón de segmentación —sea la clase social, el sexo, la raza o cualquier otra— y sostiene que las identidades sociales se elaboran de manera más compleja como intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios.

Gracias a esa naturaleza efímera, la identidad queer, pese a su insistencia sobre la sexualidad y el género, podría aplicarse a todas las personas que alguna vez se han sentido fuera de lugar ante las restricciones de la heterosexualidad y de los papeles de género. Así, si una mujer se interesa en el deporte o un hombre en las labores domésticas, pueden ser calificados como queers. Por este motivo la mayor parte de los teóricos queer insiste en la autodesignación de la identidad.

Pero lo más interesante que yo me pregunto, ¿No sería mejor romper con todos los modelos de construcción mental sea autodesignada o impuesta?

Cualquier opción que escojamos o que nos impongan conlleva un acotamiento de nuestra identidad. Cada vez que nos “etiquetamos” como algo, estamos negando la posibilidad a poder ser otra cosa distinta.

Y como decía la cantante Mercedes Souza: “Cambia todo cambia…”

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