Cuidate a ti misma, personas e inteligencia emocional


Gandhi decía: “Para cambiar al mundo cambiate a ti mismo”. De igual forma, para cumplir con el segundo principio ético de permacultura: Cuidar de las personas. Debemos ir a la zona cero de acción, que si en nuestro espacio es el hogar, en nuestras relaciones es: nuestro Ser.

El primer paso personal de todas es centrarnos plenamente en nuestro interior, a saber:

  • ¿Cuál es el propósito de mi vida?.
  • ¿Cuáles son mis habilidades innatas?
  • ¿Haciendo qué cosas me siento plena y feliz?

En el artículo Profundizar en inteligencia intrapersonal, hay un vídeo para cuidar aún mas esta faceta y sobre todo en la Universidad Popular de Permacultura existe un proceso formativo entorno a este concepto: ¿Quieres diseñar tu proyecto de vida?

Luego podemos pasar al nivel exterior, el social:

  • ¿Cuáles son los propósitos de mi entorno social?
  • ¿Haciendo qué cosas nos sentimos plenas y felices?
  • ¿Con qué personas tengo experiencias enriquecedoras?
  • ¿Con qué personas tengo experiencias degradantes?

 

A mi entender, por el modelo de vida hiper relacionada que en la actualidad poseemos se hace necesario realizar estas cuestiones a la inversa para poder iniciar un proceso de cuidados sin contaminación.

Por lo tanto vamos a abordar esta última pregunta en primer lugar para tomar las medidas pertinentes. Las personas que nos degradan son personas tóxicas que van agotando nuestra energía por varios métodos como pueden ser:

  1. Personas de entorno cercano: pueden agotarnos con sus mentiras o excusas irreales constantes, actitudes
  2. Personas de entorno próximo: Pasan sin verte y te saludan enérgicamente cuando otra persona en común delante.
  3. Personas de entorno lejano y/o virtual: Ego elevado increpante.

Es mejor aprender a poner límites antes de envenenarte y caer en sus patrones de acción por imitación. No hay mejor limite que el distanciamiento.

Una vez realizado este cuestionamiento y libres de cargas negativas, vamos planteando el resto de cuestiones descritas anteriormente, desde el ámbito social al personal.

 

Las competencias emocionales

 

Ahora bien, vamos a continuar desarrollando el interior.

Habilidades para la vida

Una vez tenemos definido nuestro propósito en la vida, se nos hace preciso gestionar un “proyecto de vida” que nos permita adquirir las habilidades y conocimientos necesarios para alcanzar nuestra meta, este es precisamente el objetivo base de nuestra formacion: ¿Quieres diseñar tu proyecto de vida? (Curso de permacultura)

Cumpliendo nuestros objetivos vitales estamos creando nuestro bienestar o modo de vida que defino como “Buenviví”.

Conciencia emocional

Desconectarnos del ruido exterior, opiniones ajenas… incluso de nuestra mente egótica que a menudo busca confundirnos para perpetuar un conflicto en el que sentirse seguro, si seguro. A menudo, nuestro ego necesita de un problema que parezca no tener solución en el que recrearse para poder generar pensamientos tipo: “ay pobre de mi…”, “todo me pasa a mi…” y tantos axiomas paralizantes.

Respiremos con conciencia, sintamos nuestro cuerpo y localicemos nuestro sentir actual.

Regulación emocional

Ahora nos toca ajustarnos al momento presente, recordando que prácticamente en el 99% de nuestro tiempo estando presentes en el “Aquí y Ahora” no tenemos ningún problema ni dolor corporal o emocional.

En este momento es bueno recordar la plegaria de la Serenidad que concretó el filósofo y teólogo Reinhold Niebuhr influenciado por la cosmovisión estoica de la vida:

Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.

El comienzo de “Señor” puedes adaptarlo a “Universo”, “Pachamama”, o tu propio nombre, lo importante es conectar con el mensaje y entender que puedes cambiar tus patrones mentales y por ende tu forma de afrontar cada situación vivencial.

Autonomía emocional

Debemos fortalecer la seguridad en nuestra persona, nuestra autoestima, para ello el primer paso señalado de romper vínculos con personas tóxicas es muy importante porque ahí habremos dejado situaciones de dependencia emocional o relaciones de apego que nos lleva a comportamientos denigrantes para nuestro Ser.

Por esquematizar este proceso Mónica Fusté desglosa este proceso en 7 competencias:

1.- Autoestima.

2.- Automotivación.

3.- Autoeficacia emocional.

4.- Responsabilidad.

5.- Actitud positiva.

6.- Resiliencia.

7.- Análisis crítico de normas sociales.

 

Habilidades emocionales

Ahora, para finalizar fluyendo con nuestra emociones toca la parte social, cómo lo exteriorizamos. Trabajando una comunicación asertiva y no violenta, facilitando la empatía. A menudo las mismas emociones que hemos sentido lo han sentido otras personas en contextos diferentes, por lo tanto, es relativamente sencillo comprender su proceso si prestamos atención plena.

 

Este texto lo he desarrollado para mostraros algo que debo recordarme constantemente, pues a menudo caemos en la vorágine de esta vida frenética donde queremos cambiar el mundo si cambiar nuestro entorno, cuidar a las personas, sin cuidarnos a nosotras mismas.

¡Salud y cuidados!

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