Afinando los días de Perséfone


Cuando leí por primera vez la idea de los meses de Perséfone (meses en los que no hay suficiente horas de luz al día para que las hortalizas se desarrollen) se me encendió una bombilla encima de la cabeza y fui contándoselo a todo el mundo como si me acabara de convertir a alguna religión. La respuesta entre mis amigos hortelanos se dividió en dos: los que me decían que eso explicaba muchos problemas que tenían con los huertos de invierno y los que me decían que no era verdad, que sus hortalizas seguían desarrollándose en invierno.

Mi fuente decía que las hortalizas necesitan 10 horas de luz diarias para desarrollarse, lo que hacía que mis meses de Perséfone empezaran el 8 de noviembre y terminaran el 2 de febrero.

Guisantes come todo el pasado mes de enero

Después empecé a fijarme y descubrí que en algunos casos, léase los guisantes, las plantas seguían desarrollándose después del 8 de noviembre. Al principio me extrañó y pensé que eso echaba por tierra la idea de los meses de Perséfone, pero después me di cuenta de que es absurdo pensar que todas las hortalizas necesitan las mismas horas de luz para desarrollarse. Cada especie y variedad tendrá requisitos de luz diferentes.

Cosecha de una sola mata un día de enero.

Busqué y busqué y no encontré esa información por ningún sitio, hasta que el otro día, recibí un email de Isis Loran, una hortelana extraordinaria que vive en Canadá, diciéndome que había ganado el sorteo de su libro, “The family food garden”.

Y en ese libro, señores y señoras, encontré la siguiente preciosa información:

Horas de luz al día necesarias:

8 horas y más:

tomates

pimientos

berenjenas

calabazas

melones

 

6 horas:

algunas brásicas (no especifica)

judías

ciertas variedades de lechuga, espinaca y rúcula

zanahoria

algunas remolachas

nabo

hierbas aromaticas

 

Menos de 6 horas:

algunas brásicas, como coliflor, brócoli, kale y col/repollo

otras variedades de lechuga y espinaca

guisantes

otras remolachas

rabanitos

 

No quepo en mí de gozo. Fijarsus que los guisantes están en el grupo que menos horas de luz al día necesitan.

Coles rebrotadas (“sienos”) en noviembre.

Entonces, ¿cuáles son mis días de Perséfone? Pues según estos grupos, ¡¡son inexistentes!! El día que menos horas de luz al día hay en mi latitud es el 22 de diciembre (el solsticio de invierno), día en el que tengo 9 horas (para ver las horas de luz que tienes cada día en tu latitud, ve aquí).

Eso significa que, con calor y protección suficiente, puedo plantar hortalizas de algún tipo todo el invierno. TODO EL INVIERNO.

El bancal cubierto por manta térmica en diciembre 2015.

Estoy feliz como una lombriz.

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